14 de julio de 2019

Aunque esté mal sintonizada




Con mi padre nos juntamos a tomar mate en el fondo de su casa muy de vez en cuando y cuando lo hacemos cada uno ve su celular, no somos de charlas extensas, quedamos callados mientras suena alguna AM en la radio chiquita. De vez en cuando alguno rompe la quietud y le muestra un twit al otro o le pregunta por alguna cosa que haya quedado en el tintero.

¿Cómo te fue al final con X?


¿Pudiste terminar Y?


¿Qué te dijo Z?


Por lo general es solo hacernos compañía. Seguirnos una charla que no existe, pero que fluye en el aire. Los dos podemos soltar cualquier frase y el otro seguirla aunque no tenga sentido, ni contexto. La verdad que ni siquiera el mate importa, si no cebo no importa, si la radio está mal sintonizada no importa.


Por lo general no pasa más que eso que les cuento. Un bizcocho, un mate, una puesta a punto.


Hasta el momento en que me voy y el me manda un mensaje, o soy yo el que lo manda. Pero siempre dice “Te quiero"


Mi viejo nunca fue un padre normal, ni como el de mis amigos, y agradezco a eso que soy lo que soy. De verdad nada importa mucho, solo que nos sigamos juntando, que el me cuente sus proyectos, que yo le cebe un mate y que a pesar del tiempo, siempre estemos juntos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario