¿Querés saltar?
¿De verdad querés saltar?
¿De verdad ya no aguantás más?
Si tenés que elegir entre caer y seguir, no morir y continuar. Poder ver a los demás y solo confiar. No pensar y actuar; querer. En éste teatro sin público, y esa gente vagando por ahí, sin que le digan lo que quieren oír. Yo estoy pensando que me pegan, que me duele, que no quiero perder, pero sangra; y quiero gritar. Me repito que el juego no termina, es que nadie quiere que termine mientras vas perdiendo. Nadie quiere que termine esta película sin pararse y aplaudir, cuando solo diga fin.
Pero no sé si puedo, estoy cansado. De ser solo espectador y verme en el reflejo de un espejo en el baño de un bar, o en el camarín de este viejo teatro. Extraño todo el tiempo las escenas felices, de otras obras, esas donde te miraba y quedaba atónito y diminuto. Yo, que siempre me sentí enorme, yo, al que ahora no ven.
Solo te veo vos en el proscenio, parada y sin pensar, creyendo que esta todo a tus pies.
Las cuerdas se cortan por lo más fino y yo era solo un hilo del decorado. Queriendo toda la vida ser la última puntada del traje de un rey o el soporte del último botón que soporta tu vestido.
Volví a caer en la cuenta de que la vida pasaba una noche fría de mayo, caminaba las mismas calles vacías mientras yo hervía de rabia y tristeza de ya no ser yo quien controlaba mi vida. Era la tragedia que rodeaba todo y que movía los hilos de las causas. La tristeza que a veces tan negra hace sombra en la oscura noche.
Yo sigo sin saber a dónde ir, podrido estaba de la vida que llevaba ayer y hoy. Entre idas y vueltas de angustias y fracasos, a veces opacados por momentos fugaces de felicidad. Ebrio de esquina a esquina. Cansado. Di la vuelta, perdí la cuenta cuánto llevo en éste hotel viviendo, me tengo que ir. Pero en sí, no estoy tan mal.
--->La novela completa: Aquí.<---
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